Yo no adoro trozos de piedra, como vosotros estúpidos. No tengo ningún respeto por la religión. Yo sólo me adoro a mí mismo. Y vosotros también debeis adorarme. Porque yo soy Dios. Yo decido si vivir o morir.
_ella era una diosa para DIOSES
No hemos inventado nada nuevo, ni siquiera hemos aprendido a amar, estamos perdidos... como en un sueño. El amor debería ser un milagro en el que soñamos la felicidad del otro. Por eso no creas nunca que el amor te pertenece, porque en ese preciso instante desaparecerá... como un sueño, porque el amor es un sueño en el que sueñan dos.
De niña ves el mundo como si fuera una gigantesca tienda de golosinas, llena de dulces y caramelos, pero de repente un día miras a tu alrededor y ves una cárcel y tu estas en el corredor de la muerte. Quieres huir o gritar… o llorar. Pero algo te lo impide. ¿Los demás son como vacas rumiando hasta que llegue la hora de ir al matadero o simplemente no dicen nada como tu, mientras planean su huida?